Cómo hidratar tu piel sensible y deshidratada

A la piel deshidratada le falta agua, lo que hace que el rostro tenga un tono apagado y las líneas de expresión sean más visibles. La piel está más sensible y pueden notarse molestias. La mejor forma de tratar la piel deshidratada es rehidratándola.

Habitualmente, cuando sientes la piel tirante, es porque le falta hidratación a la epidermis (la capa superior de la piel). A la piel deshidratada le falta agua y es más una condición temporal que un tipo concreto de piel. Las pieles secas y deshidratadas muy a menudo tienden a agruparse erróneamente, así como la idea de que la piel seca también está deshidratada y hay que tratarla como tal. Pero al cuidar de forma incorrecta tu tipo de piel o problema, puedes prolongarlo (en el caso de la piel deshidratada) o aumentarlo (en el caso de la piel seca).

Causas de la piel deshidratada

Los factores externos como el tiempo, la contaminación o el daño provocado por los rayos UV pueden contribuir a dañar la función barrera de la epidermis y provocar deshidratación. Otros factores, como la genética o el proceso de envejecimiento, que deteriora la función barrera de la piel o el ácido hialurónico natural, se contrarrestan con cosméticos y medicamentos. Esto puede eliminar la hidratación superficial, lo que deshidrata la piel y la deja susceptible al daño.

Como resultado, la piel se siente tirante, irregular, apagada y aparecen descamaciones a causa de la falta de elasticidad provocada por la deshidratación. Una vez deshidratada, la barrera queda deteriorada y no realiza su función entre el cuerpo humano y el mundo exterior. A su vez, puede hacer que la piel esté más sensible y reactiva.

Las principales características de la piel deshidratada y sensible

Una persona puede tener la piel sensible y deshidratada a la vez. Esto puede provocar que la piel esté vulnerable y necesite la hidratación necesaria para corregir los efectos de la deshidratación. Otras causas habituales cuando la piel está más sensible pueden ser: trastornos subyacentes, alergias o estrés.

Sin embargo, como la piel sensible es un síntoma de varios factores y su reacción, no un tipo de piel, puede estar combinada con la piel deshidratada.

¿Cómo se puede tratar la piel sensible?

Una crema de día o una hidratante con ingredientes derivados del agua puede ser la solución ideal para restaurar el contenido de hidratación de tu piel. Esto permite a la piel mantener un nivel de hidratación diario adecuado, a la vez que la protege de los factores externos. Si tienes la piel grasa y deshidratada, un sérum hidratante puede ser ideal para aumentar los niveles de hidratación, sin contribuir a la producción de sebo (y que la piel se vuelva más grasa).