La contaminación atmosférica es un problema de salud importante que daña y altera la calidad de la piel. Recientes publicaciones han demostrado el efecto de la contaminación en la piel, identificándola como un factor que aumenta su sensibilidad y exacerba las afecciones inflamatorias de la piel tales como eccema, urticaria, alergias y acné ( Xu et. al 2011, Pham et. al 2015, Lefebvre et. al 2015). Estos estudios epidemiológicos fueron llevados a cabo en Méjico y en China y demostraron efectos negativos en el estrés oxidativo de la piel.

Los dos causantes mayores de este desajuste en la piel son el ozono y las PM2.5 (partículas contaminantes microscópicas de 2.5µm de tamaño que se adhieren a la piel). Estos dos factores aumentan la predisposición a otros desajustes de la piel para personas que presentan problemas existentes. Si se añaden a estos factores los rayos UV, el sol y el calor, la piel estará predispuesta a una mayor deshidratación, oxidación, envejecimiento prematuro y el desarrollo de trastornos de la pigmentación.

Limpiar, hidratar y preservar la barrera cutánea contra estos ataques diarios es la base fundamental para combatir los efectos de la polución en la piel.

1 Xu F, Yan S, Wu M, Li F, Xu X, Song W, et al. El ozono ambiental como factor de riesgo de trastornos de la piel. Br J Dermatol 2011; 165: 99 – 228.

2 Pham DM, Boussouira B, Moyal D, y Nguyen QL, Oxidación del escualeno, un lípido de la piel humana: un nuevo y fiable marcador de los estudios de contaminación ambiental, International Journal of Cosmetic Science, 1-9.

3 Lefebvre MA, Pham DM, Boussouira B, Bernard D, Camus C y Nguyen QL, Evaluación del impacto de la contaminación urbana sobre la calidad de la piel: estudio multicéntrico en México, 2015, 1 -10