Fases del ciclo capilar

Todos los pelos que tenemos en el cuerpo tienen un ciclo de vida durante el cual se van renovando, llamados ciclos capilares. Este proceso afecta a todas las personas por igual y al pelo de cualquier parte del cuerpo. No obstante, los ritmos de crecimiento y desarrollo no son idénticos y, dependiendo de la zona del cuerpo de la que se trate, tienen una u otra duración. Por ejemplo, las fases capilares del pelo de la ceja difieren de las de la cabeza.

Las fases del ciclo capilar vienen determinadas por varios factores entre los que se encuentran la genética, los hábitos alimenticios, o los cambios del organismo provocados por otros motivos, como por ejemplo el estrés o el embarazo.

Cada pelo evoluciona independientemente del proceso capilar de los que le rodean. A lo largo de su vida, el mismo puede experimentar 20 ciclos diferentes, en el que el pelo nace y se cae. El número de folículos que tiene cada persona (entre 130.000 y 150.000) va disminuyendo con el paso de los años. Al nacer tenemos alrededor de 1.100 folículos por centímetro cuadrado, cifra que disminuye a los 25 años a unos 600 y entre los 30 y 50 años a los 250.

Aunque cada pelo tenga sus propias características dependiendo de su ubicación, las fases son iguales para todos. Básicamente, el ciclo capilar se compone de tres etapas: la de crecimiento o anágena, la de transición o catágena y la de reposo o telógena:

  • Fase de crecimiento o anágena. Dura entre 2 y 7 años, el pelo nace y crece pegado a la papila. En esta fase, el folículo está sano y sus células tienen una actividad permanente y el cabello tiene un crecimiento lineal. La longitud del cabello viene determinada por esta fase, cuanto más dure esta etapa, más largos serán los cabellos.
  • Fase de transición o catágena. En esta etapa, que dura entre 3 y 6 semanas, el pelo deja de crecer y se separa de la papila. La actividad de las células del folículo se detiene provocando una parada del crecimiento, y la caída posterior, en la que el folículo cambia de forma.
  • Fase de reposo o telógena. En esta etapa, el folículo descansa y el pelo comienza a caerse. Dura entre 2 y 3  meses y durante todo el proceso, la raíz del pelo permanece en el folículo. Cuando termina esta etapa, el ciclo capilar comienza de nuevo con la fase de crecimiento.

Generalmente, partiendo de una situación normal, el porcentaje de las fases arriba mencionadas se distribuyen de la siguiente manera: 85% Anágeno – 1% Catágeno – 14% Telógeno.

El ciclo capilar finaliza cuando deja de crecer el pelo en el folículo. Se puede dar el caso de que afecte a varios folículos a la vez y en el mismo lugar, apareciendo así los primeros síntomas de alopecia.

En todo el ciclo de vida del cabello intervienen factores locales, genéticos, endocrinos y metabólicos. No hay que olvidar que el cabello reacciona de forma muy sensible a las influencias tanto externas como internas, de ahí que determinados trastornos o situaciones puedan aumentar la proporción de cabello que se encuentra en fase telógeno.

Una curiosidad: existe la creencia de que el pelo se cae más en otoño. Se trata de una verdad a medias. Está comprobado que el estado anágeno se da coincidiendo con el invierno y que el telógeno se aprecia a finales del verano y principios del otoño. Por tanto, más que afirmar que el cabello se cae más en otoño, habría que decir que, simplemente, crece menos durante esta época del año.