Vitamina F
Muchas veces, cuando hablamos de vitaminas y minerales y su importancia en la dieta hablamos sin saber exactamente qué son y para qué sirven. El caso de la vitamina F es un claro ejemplo.
De todas las vitaminas, este puede ser el caso más curioso, dado a que no se trata de una vitamina realmente. En este artículo, repasaremos qué es exactamente esta vitamina, para qué sirve y sus beneficios.
¿Qué es la vitamina F?
Como hemos comentado al principio del artículo, cuando hablamos de vitamina F no nos referimos exactamente a una vitamina.
La vitamina F es un conjunto de ácidos grasos poliinsaturados , los cuales se dividen sobre todo en omega-3 y en omega-6. En realidad, aunque tenga el nombre de vitamina F no es una vitamina.
Nuestro organismo no puede sintetizarla, por lo que es muy importante incluir alimentos que contengan estos ácidos grasos, para así no tener ningún problema por déficit de estos.
¿Para qué sirve la vitamina F? Sus beneficios
En modo de resumen, esta vitamina puede ayudarnos a reducir el “colesterol malo” (LDL) y aumentar el “colesterol bueno” (HDL)
Aunque esto parezca simple, esto aporta numerosos beneficios al cuerpo porque conlleva a una mejora del sistema cardiovascular, evitando la hipertensión y posibles enfermedades coronarias posteriores.
Además, unos niveles correctos de vitamina F fortalecen el sistema nervioso, y mejoran los problemas que se asocian al envejecimiento, artritis reumatoide y arterosclerosis.
Relacionándolo con el deporte, esto es muy importante, ya que un sistema cardiovascular sano nos permite realizar actividad física sin riesgo.
Por último, cabe destacar el papel de la vitamina F introducido en cosméticos que restauran la barrera natural de la piel consiguiendo una piel nutrida e hidratada, contribuyendo a atenuar la formación de arrugas y manchas. Gracias al aporte externo del conjunto de ácidos grasos insaturados esenciales ya mencionados, logramos que las células de la epidermis se desarrollen y funcionen mejor, favoreciendo una mayor cohesión de la barrera y más protección, lo que convierte a la vitamina F en esencial para la formación de la barrera lipídica de la piel.
Déficit y exceso de vitamina F
El déficit de vitamina F puede ser perjudicial para el organismo, por eso es importante conocer sus efectos. Los primeros indicios que muestran su falta son:
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Distintas inflamaciones que pueden llevarnos a una bajada de rendimiento.
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Pueden darse reacciones alérgicas.
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Afectación en la piel en forma de espinillas.
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Sequedad de la piel.
Ante estos indicios, debemos controlar los niveles de esta vitamina, dado que su falta también puede perturbar el trabajo del sistema cardiovascular y los riñones.
El déficit largo de la vitamina sube el riesgo del desarrollo del infarto, la aterosclerosis y la hemorragia cerebral.
En niños, su déficit se traduce en la ausencia del aumento de peso normal y una tasa de crecimiento baja.
Al igual que su déficit, el exceso puede ser peligroso, aunque el exceso de vitamina F se da en raras ocasiones.
El consumo excesivo de los ácidos no saturados grasos puede conducir a reacciones alérgicas, dolor de estómago y pirosis.
Alimentos con vitamina F
Al tratarse de un conjunto de ácidos grasos, debemos incorporar alimentos ricos en omega 3 y omega 6 para introducirla en la dieta.
Las fuentes básicas de ácidos polinsaturados son los aceites vegetales , como los de oliva, soja, de lino, de maíz, de girasol o de nuez.
También lo encontramos en pescados azules como el salmón, las caballas, las sardinas o el atún.
Podemos encontrar grandes cantidades en frutos secos como nueces, almendras y cacahuetes; y en semillas como la de girasol o de lino.
Complementos con vitamina F
En Dermax cuentas con varios productos AAA que cuentan con esta “vitamina”, como por ejemplo Dermax Genolia o Dermax Dermaface.